La palabra
ayo/
hayo ¿debe escribirse con ‘ll’ o con ‘y’?¿Sientes indecisión entre escribir
ayo o a lo mejor el término
hayo? No te preocupes, aquí encontrarás ayuda. Son numerosas las personas que tienen la misma duda que tú, y ocurre porque en español tanto
ayo como
hayo son muy similares en su pronunciación. A causa de este parecido en su sonido, es usual tener dudas sobre cuál es la manera adecuada de escribir este vocablo, si como
hayo o como
ayo.
Tranquilo, que no te haremos desperdiciar más tiempo dando rodeos, entre
hayo y
ayo, la forma adecuada de escribir esta palabra es:
ayo. A parte de darte esta contestación a la pregunta que te hacías, desearíamos presentarte otras aportaciones para cuando te surjan dudas con respecto a en qué ocasiones se debe escribir ‘ll’ y en qué casos se debe escribir ‘y’. De esta forma cada vez experimentarás menos titubeo del tipo ‘¿Debería escribir
ayo o a lo mejor se escribe
hayo?’
Propuesta para que logres escribir siempre como es debido ayo
No deberías dudar entre ayo y la palabra hayo a la hora de escribir, dado que tan solo nos encontramos con una manera posible de escribir este término como es debido, y es: ayo. La palabra hayo sencillamente no aparece en el diccionario de la RAE.
Con la finalidad de que no se te olvide fácilmente la forma en que debes escribir ayo, su definición del diccionario:
Persona encargada del cuidado y educación de los niños en los hogares pudientes. Uso: desusado Sinónimos: ganso , mentor , preceptor Ejemplos: "Ca como quiera que allí estavan los infantes don Johan e don Enrrique, fijos del rey don Ferrando de Aragón, pero eran muy moços e tocados de aquello, dolençia real que es común e general a todos los reales moços que son rigidos o governados por ayos e maestros, e aun algunos son que nunca desta dolençia sanan." Pérez de Guzmán, Fernán (1965 [1455]) Generaciones y semblanzas. London: Tamesis, ¶10 "Querría yo preguntar a los ayos y maestros que crían hijos de generosos qué más fuerças han menester sus discípulos para ser golosos que para ser sobrios." de Guevara, Antonio (1994 [1531]) Reloj de príncipes. Madrid: Turner, p. 133 "—En qué cosas te fijas —contestó Luis en tono picado—, don Paco es el ayo de los niños, nada tienes tú que andar fisgándole y menos compararlo conmigo." González, Eladia (1999) Quién como Dios. Madrid: Espasa Calpe, p. 387Jugoso.[ 3]