adoré o adorré

    La palabra adoré/ adorré ¿debe escribirse con ‘ll’ o con la letra ‘y’?¿Estás indeciso entre escribir adoré o a lo mejor el vocablo adorré? Tranquilizate, podemos echarte una mano. A menudo nos encontramos con muchas personas que sienten cierto titubeo, y pasa porque en español tanto adoré como adorré suenan igual. Por motivo de esta similitud en su fonología, es frecuente sentir dudas en cuanto a cuál es la manera adecuada de escribir esta palabra, si adorré o de la siguiente forma adoré. No vamos a perder más tiempo dando rodeos, entre adorré y adoré, la manera adecuada de escribir este término es: adoré. Amén de darte esta respuesta a la pregunta que te hacías, desearíamos hacerte otras aportaciones para las situaciones en que te surjan dudas con respecto a en qué oportunidades se debe escribir ‘ll’ y en qué casos se escribe ‘y’. De esta manera cada vez sentirás menos indecisión del tipo ‘¿El modo correcto será escribir adoré o acaso es adorré?’

    adoré

    adorré

    Consejo para escribir siempre correctamente adoré

    Nunca jamás debes dudar entre la palabra adoré y el término adorré cuando debas escribir, dado que solamente existe una manera posible para escribir esta palabra con corrección, y es: adoré. La palabra adorré sencillamente no aparece en el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española.

    Con el fin de que te sea más fácil recordar la forma en que se debe escribir adoré, queremos aportarte su definición del diccionario:

  1. Primera persona del singular (yo) del presente  de subjuntivo  de  adorar .
  2. Tercera persona del singular (ella, él, ello; usted, 2.ª persona ) del presente  de subjuntivo  de  adorar .
  3. Segunda persona del singular (usted) del imperativo  de  adorar .
  4. Adorar. Ejemplos:
  5. "For as long as I had known her [...] Savitri had cultivated an air of general smartassery, which is one reason I adored her and looked up to her. One has to have role models, you know."[ 1] → Desde que yo la conocía [...] Savitri había cultivado cierto aire de sagacidad, motivo por el que la adoraba y la imitaba. Hay que tener modelos de conducta, ya sabéis.[ 2]