armiño o arrmiño

    La palabra armiño/ arrmiño ¿debe escribirse con ‘ll’ o con ‘y’?¿Te sientes indeciso a la hora de escribir entre escribir armiño o a lo mejor arrmiño? No debes apurarte, aquí encontrarás ayuda. Existe un gran número de personas que tienen , como tú, esta duda, y eso es debido a que en castellano tanto armiño como arrmiño suenan del mismo modo. Debido a esta semejanza a la hora de pronunciarse, es frecuente tener dudas sobre cuál es la forma adecuada de escribir este término, si arrmiño o del siguiente modo: armiño. Pero no queremos malgastar más tiempo en sacarte de dudas, entre arrmiño y armiño, la forma correcta de escribir esta palabra es: armiño. Además de ofrecerte esta respuesta que buscabas, desearíamos enseñarte otras aportaciones para aquellos momentos en que te encuentres con dudas sobre en qué ocasiones se escribe ‘ll’ y en qué casos se debe escribir ‘y’. Así cada vez experimentarás menos dudas del tipo ‘¿La forma correcta es escribir armiño o acaso es arrmiño?’

    armiño

    arrmiño

    Recomendación para escribir correctamente armiño

    No te sientas dubitativo entre la palabra armiño y el término arrmiño a la hora de escribir, pues solo existe una manera posible de escribir este término correctamente, y es: armiño. La palabra arrmiño sencillamente no arroja ningún resultado cuando lo buscamos en el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española.

    Con el objetivo de que recuerdes mejor el modo en que deberías escribir armiño, te proporcionamos su definición del diccionario:

  1. (Mustela erminea) Mustélido pequeño, nativo de Europa, de pelaje blanco en invierno y con el lomo pardo en verano. Es terrestre y un voraz predador.
  2. Piel de este animal, usada antiguamente en confección.
  3. Por metonimia de su color blanco, cosa prístina o pura. Uso: literario. Ejemplo:
  4. «En lo de las armas blancas, pensaba limpiarlas de manera, en teniendo lugar, que lo fuesen más que un armiño; y con esto se quietó y prosiguió su camino, sin llevar otro que aquel que su caballo quería, creyendo que en aquello consistía la fuerza de las aventuras.» de Cervantes Saavedra, Miguel (1605). «II», El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha Primera parte.
  5. Forro que muestra en campo de plata una representación estilizada de la cola del armiño1 en sable.
  6. Mancha blanca en la base de la mano de un caballo.