aro o arro

    El término aro/ arro ¿debe escribirse con ‘ll’ o con la letra ‘y’?¿No estás seguro de la manera correcta de escribir, cuando tienes que escribir entre escribir aro o a lo mejor el término arro? No te preocupes, te vamos a echar un cable. A menudo nos encontramos con muchas personas que tienen una inseguridad similar, y pasa porque en español tanto aro como arro se parecen mucho a la hora de pronunciarse. Debido a esta semejanza a nivel fonológico, es habitual dudar acerca de cuál es la forma correcta de escribir esta palabra, hacerlo escribiendo arro o de la siguiente manera: aro. No queremos hacerte desaprovechar más tiempo dando rodeos, entre arro y aro, la forma correcta de escribir este término es: aro. Además de brindarte esta respuesta que buscabas, nos gustaría hacerte algunas aportaciones importantes para cuando te encuentres con dudas en relación con en qué ocasiones se debe escribir ‘ll’ y en qué momentos se debe escribir ‘y’. En consecuencia cada vez tendrás menos dudas del tipo ‘¿La forma correcta es escribir aro o a lo mejor se escribe arro?’

    aro

    arro

    Propuesta para que escribas siempre como es debido aro

    Nunca jamás debes dudar entre la palabra aro y la palabra arro a la hora de escribir, pues solamente hay una forma posible de escribir este término de forma correcta, y es: aro. La palabra arro simplemente no corresponde a ninguna palabra que se encuentre en el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española.

    Con la finalidad de que no se te olvide fácilmente la forma en que deberías escribir aro, te aportamos la definición del diccionario:

  1. Círculo hueco por dentro, usado como juego o adorno. Sinónimo: anilla
  2. Exclamación con la que se interrumpe el baile llamado zamacueca o cueca chilena. Ejemplo:
  3. «De repente uno cualquiern de los circunstantes grita: aro! y a este grito, la música y las voces enmudecen, y los danzantes quedan parados en el mismo sitio en que los sorprendió el importuno grito. Digo importuno, pero al mismo tiempo lójico, es decir, verdadero, porque ¡cuánta verdad encierra en sí esta interrupción de los amores! En este elemento nuevamente agregado a Zamacueca, es fácil adivinar los inconvenientes y tristes peripecias del amor.» Barros Grez, Daniel (1890). La academia político-literaria : (novela de costumbres políticas) (pdf), Talca (Chile): Impr. y Litografía de Los Tiempos, p.338-339.